De plantas para plantas
Disminuye la necesidad de fertilizante
Con TEOH permitimos una nutrición balanceada con lo que las plantas crecen sanamente utilizando al menos un 50% menos de fertilizantes convencionales, disminuyendo dramáticamente los costos de producción de alimentos.
TEOH ofrece las ventajas de un fertilizante sin los efectos colaterales negativos al medio ambiente al ser un producto desarrollado totalmente de forma orgánica, sin agentes químicos tóxicos.
El control de plagas utilizando tratamientos sintéticos para proteger las cosechas no es mucho más que un intento de ocultar los síntomas de la enfermedad causada por un desgaste desmedido del suelo. Las plantas sanas tienen la capacidad de mantener las enfermedades a raya.
Nuestro producto es compatible con la mayoría de los productos orgánicos e inorgánicos, por lo que puede combinarse sin problema con otros fertilizantes e insumos comúnmente utilizados en el medio agrícola.
Es un biofertilizante bioestimulante orgánico líquido hecho a base de merma de frutas, verduras y carnes que siguen estando frescas pero ya no pueden ser comercializadas.
Nuestro producto rescata los nutrientes contenidos en estas frutas, verduras y carnes animales que de otra forma serían desperdiciados como desecho y los transforma en un producto que nutre a las plantas acelerando su crecimiento mientras ayuda a disminuir el desperdicio de alimentos.
El desperdicio ocurre en todos los procesos de producción, cultivo, procesado, distribución y consumo. Es decir, tanto los agricultores, como las compañías, los restaurantes, así como los consumidores, tienen responsabilidad en la cantidad exorbitante de comida que se pierde.
Esto ocurre mientras existen 821 millones de personas que padecen de hambre en el mundo. Una de cada nueve personas sufre de inseguridad alimentaria, pero en realidad se producen alimentos más que suficientes para todos.
TEOH puede ser utilizado en lugar del fertilizante, pero también como un preparador de suelo para incrementar la materia orgánica presente en el mismo, la necesidad de labranza y la capacidad de retención de agua del suelo.
El desperdicio ocurre en todos los procesos de producción, cultivo, procesado, distribución y consumo. Es decir, tanto los agricultores, como las compañías, los restaurantes, así como los consumidores, tienen responsabilidad en la cantidad exorbitante de comida que se pierde.